Recuerdo que navegando en una lectura con un estilo narrativo muy expresivo, de esos que hacen sentir al lector hasta el monosílabo “sííí” con entusiasmo, indagué al respecto y me pareció interesante lo planteado por las fuentes oficiales.
Tanto la RAE, como otras academias, aprueban alargar las expresiones tanto en las vocales con tilde y en las que no la llevan, así como también en las consonantes. Ahora bien, existen, dentro de la regla, otras normas a tomar en cuenta.

Si se alarga expresivamente una vocal con tilde en una palabra, deben tildarse todas las vocales repetidas, tales son los casos de: mamáááá; papááá, baúúúl, Paúúúl, etcétera. Veamos algunos ejemplos.

-Mamááá, ya no me pegues más.

-Papááá, se me hace tarde para ir a la escuela.

En el caso de las vocales que no llevan tilde, sencillamente procede a repetir la misma para expresarte de manera oral y escrita, como sería el caso de estos ejemplos con: oyeee, goool, bailarrr.

-Oyeee, te advertí que no te metieras con mi madre.

-Mario, ¡qué tremendo goool han dado en este juegaso!

-La noche pinta para fiesta: ¡Vamos a bailarrr!.

Pero no olvidemos las consonantes, aunque en los alargamientos expresivos, lo habitual es que se repitan las vocales, también se da el caso en algunas consonantes: ¡Soy mayorrrr! ¡No quiero morirrr! ¡Quiero vivirrr!

Sobre cuántas veces pueden repetirse las vocales o consonantes, no hay pauta explícita sobre el número de letras que pueden repetirse. Sin embargo, la RAE explica que “en textos bien editados, lo normal es repetirla tres o cuatro veces, como ya vimos en los ejemplos anteriores. En mi caso, no suelo pasarme de tres.

Estas normas, y lo sé, suelen confundir con otras que pueden parecerse, como las onomatopeyas y las interjecciones que se han puesto de moda en la manera de comunicarse vía la mensajería instantánea que nos ofrecen las herramientas de las nuevas tecnologías. La Fundéu escribió un artículo bastante interesante al respecto y, prometo que voy a compartirlo con ustedes en una próxima entrega.

Ahora quiero que se queden con lo que iniciamos, para no enredarnos mezclando conceptos distintos que pueden crearnos confusión y hacernos asumir que hablamos de lo mismo, cuando no es así.

En cada columna que escribo en elCaribe, al igual que ustedes, aprendo un poco cada día. Este es un camino de aprendizaje de doble vía entre quienes nos gusta la buena ortografía, aunque no seamos expertos, pero sí curiosos.

¡Gracias por leerme!

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