Como todos los rituales religiosos, la Semana Santa o Semana Mayor se repite año tras año, y desde sus comienzos ha sido considerada como un periodo de reflexión que culmina con celebraciones jubilosas en el Domingo de Resurrección.
Hace ya unos cuantos años el largo feriado es más bien un periodo mayormente festivo, que se utiliza para hacer turismo de playa o de montaña según se elija, para pasear y “fiestar”, como les gusta decir a los dominicanos.
La Semana Santa comienza mañana, con el Domingo de Ramos, que recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, y termina con el largo asueto.
Los rituales religiosos repiten un guion establecido de antemano, y en el caso de nuestro país los operativos de prevención que despliegan los organismos de socorro.
Todos los años reiteramos las mismas advertencias, conducir con cuidado, prudencia con el alcohol, no manejar si se ha bebido antes, cuidado al circular por las rutas, respetar las señales de tránsito, moderación con las comidas.
Todos los años, desde los medios emitimos estos mismos consejos a la población en general, y todos los años, como si formara parte de un guion, contabilizamos finalmente las víctimas de los accidentes fatales en las carreteras y los intoxicados etílicos o por comer en demasía.
A veces da la impresión de que las iglesias, las congregaciones religiosas y las personas de fe que invitan al recogimiento y a la reflexión han perdido la batalla e influencia, y que la sociedad de consumo se ha apropiado de esta celebración para convertirla en una intensa carrera con todos los excesos.
Pero al margen de la fe que cada cual profese y de las creencias que se pueda tener, insistimos en la prudencia y moderación al conducir, comer y beber.
Y que no se pase inadvertido y sin el merecido reconocimiento, que mientras la población disfrutará de las fiestas en familia o en cualquier otro lugar, habrá miles de brigadistas, médicos, paramédicos, militares, policías y especialistas en búsqueda y rescate que sacrificarán su tiempo para cuidarla y protegerla.
